¿Qué puedes hacer?

¿Qué puedes hacer?

Las abejas (pero también otros polinizadores como avispas, mariposas, mariquitas o pájaros) son cruciales para la conservación de la biodiversidad. Descubre los pequeños gestos cotidianos que tanto pueden contribuir a proteger su supervivencia.

Plantar flores en el jardín

Una de las cosas más sencillas, pero también más importantes, que podemos hacer para ayudar a las abejas es garantizar que siempre puedan encontrar una fuente de alimento.
Por eso es importante plantar flores o plantas que proporcionen el alimento adecuado no sólo a las abejas, sino también a los abejorros, mariposas y mariquitas.

Una idea sería plantar plantas aromáticas en el jardín o en la terraza: las abejas se alimentan de las flores, mientras que usted puede utilizar las hojas para aromatizar sus platos. Las hierbas favoritas de las abejas son la lavanda, el romero, la albahaca, el tomillo, la salvia, el cebollino, la malva, el eneldo, el cilantro y el comino.
Si prefieres algo más colorido y animado, puedes plantar varias flores como caléndula, tulipán, borraja, girasoles, phlox y muchas más.

...¡o árboles!

Si, por el contrario, dispones de mucho espacio, puedes considerar la posibilidad de plantar árboles frutales: no sólo le proporcionarán el alimento necesario en primavera, sino que le ofrecerán un valioso hábitat en el que refugiarse. Entre los mejores árboles se encuentran los frutales clásicos como el cerezo, el almendro, el melocotón, el albaricoque, el manzano y el peral. El avellano, el cilantro y el níspero japonés también son buenas alternativas: al florecer en invierno, proporcionan una fuente de alimento en una época del año en la que las abejas tienen menos recursos.

Deja un poco de agua en el balcón

Las abejas también necesitan beber. Puedes llenar un cuenco poco profundo con unos dedos de agua limpia si quieres dejar algo disponible para los insectos (y los pájaros también). Coloca algunas piedras y guijarros en el cuenco para que sirvan de base a las abejas y no se ahoguen. Las abejas se comunican entre sí, así que si mantienes la fuente de agua estable, volverán a ti.
Sin embargo, recuerda cambiar el agua muy a menudo (una o dos veces por semana) para evitar la proliferación de mosquitos.

Es muy importante no azucarar el agua. El azúcar blanco no está hecho para las abejas porque no contiene los nutrientes que necesitan. Las abejas volverán muchas veces cuando encuentren una fuente de azúcar, pero no saben que no es una fuente adecuada de proteínas para ellas, y esto las llevará finalmente a morir de hambre o a comerse sus propias larvas.

Abrir un hotel para abejas

Hay unas 20.000 especies de abejas, pero sólo las de la especie «apis mellifera» están domesticadas y producen miel. La mayoría de las abejas silvestres son solitarias y son igualmente importantes para la polinización. Estas abejas viven en espacios pequeños, como pequeños agujeros en el suelo, en los árboles o en el interior de los tallos huecos.

Estos hoteles-abeja son refugios artificiales que simulan los lugares de anidación e invernada de las abejas y otros polinizadores y se convierten en hogares para estos insectos que, debido a la deforestación y la urbanización, no siempre encuentran un lugar donde vivir.

Puedes comprar un hotel ya hecho o construirlo tú mismo con materiales naturales y reciclados, como madera, piñas, troncos secos, cortezas y cañas de bambú.
Según los materiales utilizados y el tamaño de las hendiduras, puede atraer fácilmente a su jardín abejas solitarias, mariposas, mariquitas y otros insectos útiles.

Deja que la hierba crezca en el jardín

Por la misma razón anterior, otra forma de ayudar a las abejas es dejar algunas tierras sin cultivar. Las abejas no necesitan a los humanos, así que una de las mejores maneras de ayudarlas es dejarlas a su aire. Incluso una acción aparentemente inofensiva como cortar el césped puede tener un gran impacto en el ecosistema. Dejar zonas sin cultivar no sólo permitirá a los insectos encontrar un lugar para construir su propio refugio, sino que también permitirá el crecimiento de plantas silvestres que son beneficiosas para su bienestar.

No utilizar pesticidas

Si tienes un huerto o un jardín, no utilices abonos ni productos químicos.
Los plaguicidas, fertilizantes y herbicidas sintéticos son perjudiciales para las abejas (y muchos otros insectos): dañan el sistema nervioso central de las abejas, provocando su parálisis y muerte.

Para abonar, puedes utilizar soluciones naturales como el compost o productos orgánicos e insectos que alejan las plagas, como las mariquitas. Basta con plantar en el borde del jardín algunas plantas que las atraigan, como la caléndula, el diente de león o el geranio, pero también muchas hierbas aromáticas.

Come alimentos locales, de temporada y ecológicos

Esto parece fuera de tema, pero el cambio climático también está matando a las abejas, que no están acostumbradas a estos cambios bruscos en el clima: ¡adoptar un estilo de vida más neutro en carbono es un paso en la dirección correcta!
El consumo de productos locales reduce las emisiones de C02 en el transporte de los alimentos a su mesa, y el consumo de frutas y verduras de temporada reduce el uso de fertilizantes e invernaderos calentados para la producción de verduras fuera de temporada. Además, el consumo de alimentos en temporada ayuda a las abejas a encontrar plantas para alimentarse cuando más lo necesitan.

Por último, pero no por ello menos importante, favorecer los alimentos ecológicos en lugar de los cultivados de forma intensiva apoya a las explotaciones que utilizan muy poco (o nada) de productos sintéticos, que hemos visto que son una de las principales causas de la disminución de la población de abejas.

¡Habla con todo el mundo!

Es importante difundir la concienciación sobre temas importantes como la protección del medio ambiente y el cambio climático.
No hablar de ello es una muestra de desinterés y sólo mostrando lo mucho que nos importa el futuro no sólo de las abejas, sino de todo el planeta, veremos un cambio.

Puede escribir a los políticos o a sus representantes regionales, firmar peticiones para prohibir los plaguicidas nocivos o simplemente compartir este artículo con sus amigos.
También puedes unirte a organizaciones medioambientales como Greenpeace, WWF o Legambiente.

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